(Sección especialmente dedicada al Grupo Amigos de la Cruz)

Actualizado el lunes 15/ABR/24

Mensaje a los Amigos de la Cruz

Un crucificado. 

Un Amigo de la Cruz es un hombre santo y apartado de todo lo visible. Su corazón se eleva por encima de todo lo caduco y perecedero. Su conversación está en los cielos. Pasa por esta tierra como extranjero y peregrino, sin apegarse a ella; la mira de reojo, con indiferencia, y la huella con desprecio. 

(De la “Carta a los Amigos de la Cruz”, de San Luis María Grignión de Montfort) 

Comentario: 

Las mismas cruces que Dios permite en nuestras vidas, nos irán desapegando del mundo en que vivimos. ¡Pobres de los mundanos que viven felizmente y sin cruces! Estarán atados cada vez más al mundo, y cuando mueran no estarán preparados para la separación de los bienes terrenos.

Nosotros, que tratamos de ser Amigos de la Cruz, sepamos que las cruces bien llevadas, nos ayudan a hacernos santos, y junto con las cruces nos vienen muchos bienes, entre ellos el desapego a los bienes terrenos.

Debemos caminar con la mirada puesta en el Cielo, en el lugar de gloria que nos espera, caminando por este mundo, sabiendo que todo esto es pasajero, y que lo definitivo vendrá después de la muerte.

¡Felices los que lloran! ha dicho el Señor en el Evangelio, y es porque en este mundo, si queremos ser fieles a Cristo, tendremos que sufrir, pues la cruz es el patrimonio de los elegidos. Si Cristo venció en la Cruz, nosotros también venceremos con ella.

– Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.

– Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo.

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