TABLÓN DE REPARACIÓN

¿Queremos amar de veras a Dios? Dos cosas hace el amor: procurar a quien se ama todo el bien de que carezca, y librarle del mal que sobre él pesare. Con el apostolado le procuramos a Dios el bien, le damos las almas; con la reparación le libramos del mal, lavamos Su divino honor de las manchas que le infieren los pecados. Sí, debemos saber que puede una injuria borrarse, dando una satisfacción. Y ¡cuántas podríamos darle no sólo por nuestros pecados, sino por los infinitos que cada día se cometen! Las mismas oraciones, sacrificios, acciones de cada día y propaganda entusiasta que sirven de apostolado, sirven de reparación si con esa intención se hacen, ¡Que reines Jesús, perdónanos nuestras deudas! Porque reines, y por lo que te ofendemos, han de ser jaculatorias que siempre estén en nuestros labios. Dos oficios principales tuvo Jesús en su vida terrestre: el de apóstol, que funda el reino de Dios, y el de sacerdote y víctima que expía los pecados de los hombres. Dios quiere que los mismos tengamos nosotros y pretende hacer de cada hombre una copia exacta de Jesús, un pequeño redentor. ¡Qué sublime y qué honroso para nosotros!  

FORMAS DE HACER REPARACIÓN:

Acto de Amor. (Repara 1.000 blasfemias cada vez que se reza)

Comunión reparadora de los Nueve Primeros Viernes de mes al Sagrado Corazón de Jesús.

Comunión reparadora de los Cinco Primeros Sábados de mes al Inmaculado Corazón de María.

Dos Grandes Novenas de Reparación.

Rezo del Santo Rosario.

Rezo de los Siete Dolores de María.

Rezo del Vía Crucis.

Rezo del Rosario de las Llagas de Jesús.

Rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia.

Haciendo obras de misericordia corporales y espirituales.

Hacer horas santas de adoración a la Eucaristía y estar a junto al Sagrario.

Ofrecer pequeños sacrificios, pequeñas renuncias, mortificaciones, ayunos y otras oraciones.

Aceptar y ofrecer con amor nuestros sufrimientos y enfermedades.

Cumplir nuestros deberes de estado con espíritu de reparación.

Hacer todos nuestros actos, hasta los más comunes e insignificantes, por amor a Dios.

 

Compadezcámonos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María y démosles amor, amor y más amor, para reparar la ingratitud de los hombres.

 

Nota: Se ofrece todos los días una Misa para que podamos cumplir con estas reparaciones anotadas en el Tablón.

Anote su ofrecimiento de reparación haciendo clic aquí