Actualizada el sábado 11/ENE/14 (Segunda entrega)
Fracaso en el apostolado
Jesús también los tuvo.
Si Jesús, que es Dios, tuvo también sus fracasos en el apostolado, ¿queremos nosotros ser más que Él? ¿Pensamos, acaso, que seremos más solícitos y vigilantes con las almas, de lo que lo fue el Señor?
Si Jesús tuvo que decir que algunas ciudades, a pesar de todos los milagros que habían visto de Él, estaban en peor estado que al principio, también nosotros debemos contar con el posible fracaso, que no será culpa nuestra, sino de los demás, que están como endurecidos por el demonio.
Pero también puede suceder que el fracaso en el apostolado venga por culpa nuestra, por pereza y descuido en preparar la misión, o negligencia y falta de preparación, etc. También aquí deberemos pedir perdón a Dios, y confiar en su misericordia, dándonos golpes de pecho, pero tratar de reparar con oración y sacrificios.
Y recordemos siempre que las apariencias engañan, y lo que hoy puede parecer un éxito rotundo en el apostolado, luego se desvanece porque las almas no perseveran.
En realidad sólo estaremos seguros del éxito o fracaso en nuestro apostolado, cuando estemos en el Cielo, y veamos las almas que se han salvado y las que se han condenado.
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