Actualizado el viernes 9/AGO/24

Cartas de San Pablo

La gracia.

¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirvo a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado. (Rm 7, 24-25). 

Comentario: 

Sin la ayuda de Dios no nos podemos salvar, porque la carne nos lleva a la muerte. Entonces la gracia de Dios viene en nuestra ayuda y nos eleva por encima de la carne y hace que el espíritu triunfe. Pero ya Jesús les dijo a sus apóstoles en el Huerto de los Olivos, que debían velar y orar para no caer en la tentación, porque el espíritu está dispuesto pero la carne es débil les dijo. Por eso nosotros debemos seguir este consejo del Señor y vigilar y orar, porque toda ayuda nos viene de Dios a través de la oración, ya que con la oración merecemos las gracias necesarias y sobreabundantes para resistir a las tentaciones y evitar el pecado. Y la gracia fue obtenida por Jesucristo con su Pasión y Muerte de cruz, así que debemos agradecerle al Señor que nos haya conquistado la vida de la gracia para nosotros.

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