Actualizado el lunes 30/SEP/24

Catequesis mariana

El Dolor de María. 

Muchas veces admiramos la gran gloria que alcanzó María en el Cielo, pero nos olvidamos de mirar también cómo fue que alcanzó semejante grado de gloria.

Porque María está donde está, porque quiso beber hasta las heces el cáliz que bebió también su Hijo Jesucristo. ¿Quién puede medir el sufrimiento de Jesús? ¿Y quién puede medir el sufrimiento de María, que entregó a la muerte a su propio Hijo, a su Dios, a su Todo?

Es de necios considerar la gloria actual de María, sin pensar en lo que Ella tuvo que soportar para alcanzarla. Y por eso nos debe alentar a nosotros, peregrinos en este mundo, para que no nos desanimemos en los sufrimientos y pruebas de la vida, sabiendo que ellos nos obtienen un grado de gloria en el Cielo, por el cual vale la pena afrontar todos los padecimientos que el Señor permita.

Y tomémonos de la mano de la Virgen, que Ella sabe soportar el dolor, y nos enseñará a sobrellevarlo con mérito para el Cielo y bien de nuestros hermanos pecadores, que necesitan de nuestros sufrimientos para convertirse y salvarse.

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«¡De Maria numquam satis!: ¡De María nunca se dirán bastantes cosas!».