Actualizado el martes 13/AGO/24
Jesús y María lloran.
Jesús y María lloran por esta pobre humanidad que a grandes pasos camina hacia su ruina; lloran por los millones de niños matados en el seno de sus madres; lloran por los pecadores que van de pecado en pecado, con peligro de perderse para siempre en el Infierno, en el Horror eterno; lloran también por los que sufren y nadie los consuela ni los auxilia.
Entonces es tiempo de consolar a Jesús y a María, y los consolamos con nuestro amor y fidelidad, socorriendo a los más débiles, ya que haciendo así ayudamos al mismo Jesús en esos hermanos nuestros, y el Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María nos sonríen por ese alivio que les proporcionamos.
Tenemos que ser buenos, pero buenos de verdad, sin odio para con nadie, sin rencores, porque también nuestros pecados hacen llorar a Jesús y a María. Por eso lo primero que tenemos que hacer para consolarlos es dejar de pecar nosotros. Ya con esto hacemos mucho por Ellos. Y tratar de evitar que otros pequen, porque lo que hace sufrir a los Sagrados Corazones siempre son los pecados de los hombres.
Luchemos por evitar el pecado en nosotros y en los demás, y Jesús y María estarán contentos.
Jesús y María están perfectamente gloriosos en el Cielo, pero siguen sufriendo moral y espiritualmente por los pecados de los hombres. Por eso Jesús ha mostrado su Corazón circundado de espinas a Santa Margarita María de Alacoque y a otros muchos santos, indicando con ello el gran sufrimiento que padece. También María ha mostrado a los pastorcitos de Fátima su Corazón rodeado de una corona de espinas y muchísimas imágenes de la Virgen han llorado, incluso lágrimas de sangre.
Este es el momento de consolar a Jesús y María y por ello he creado este grupo, hoy, cerca de la medianoche del 9 de abril de 2009, Jueves Santo de la Cena del Señor. He elegido esta noche porque es la noche en que Jesús y María más sufrieron, Uno en el Huerto de los Olivos mientras sus apóstoles dormían, y la Virgen en el cenáculo, orando y llorando por su Hijo que sufría terriblemente el abandono, la tristeza, la angustia y el miedo.
La misión de los miembros de este grupo será la de consolar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, con la oración, con los sacrificios, con el cumplimiento fiel de los deberes del propio estado y, sobre todo, con el amor, con muchísimo amor hacia Ellos que dieron todo por los hombres.
Cada día publicaré un sencillo texto que nos ayudará a encender el amor a Jesús y a María en nuestros corazones.
¡Ojalá estos textos den sus frutos y que cada vez seamos más los consoladores de Jesús y María!
Jesús, María, os amo, salvad las almas