Actualizado el lunes 26/ENE/15
Quiero ser perfecto
Se puede.
Si no se pudiera llegar a ser perfectos como lo es Dios, entonces Dios directamente no lo habría mandado, porque Dios, la suma Inteligencia, no podría mandarnos algo imposible. Sin embargo Jesús en su Evangelio dice claramente: “Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”.
Siendo las cosas así, tenemos que lanzarnos a la cima de la perfección, porque si Dios lo quiere, y lo manda, es señal de que es no sólo posible, sino relativamente fácil, ya que lo manda a todos los hombres, no a un grupo de elegidos o a personas especiales, sino a todos los hombres sin distinción de edad ni condición.
Entonces ya no tenemos excusas para no ser perfectos, porque con nuestro deseo y la ayuda de Dios, si ponemos los medios necesarios, entonces llegaremos a ser santos, porque Dios morará en nosotros y seremos como Dios, no como lo sugirió el demonio a nuestros primeros padres, sino a la manera de Dios.
No debemos detenernos diciendo: “Yo ya llegué a la perfección”, porque justamente esa frase nos indicaría que todavía somos muy imperfectos, al menos no humildes.
Tenemos que seguir perfeccionándonos toda nuestra vida, porque comparados con Dios, siempre tenemos modo de perfeccionarnos más para alcanzar el divino modelo.
Hay que apuntar bien alto en la vida espiritual, para que al menos lleguemos a lo básico en nuestra santificación, pues si apuntamos bajo, quizás no nos alcance ni siquiera para salvarnos del Infierno.
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