Alto en el Cielo.
102 Despues de un largo momento, al entrar en la celda una de las hermanas me encontró casi muerta. Se asustó y fue a la Maestra que en virtud de la santa obediencia me ordenó levantarme del suelo y en seguida senti las fuerzas fisicas, y me levanté del suelo temblando toda. La Maestra se dio cuenta inmediatamente del estado de mi alma, me habló de la inconcebible misericordia de Dios y dijo: No se preocupe por nada, hermana, se lo ordeno en virtud de la santa obediencia. Y continuó: Ahora veo que Dios la llama a una gran santidad, el Señor la desea tener cerca de sí, permitiendo estas cosas, tan pronto. Sea fiel a Dios, hermana, porque esto es una señal de que la quiere tener en lo alto del cielo. Pero yo no entendí nada de estas palabras.
Comentario:
Como vemos esta prueba Dios la envía a un alma cuando Él la quiere tener muy cerca de Sí en el Cielo, pero en ese momento ninguna palabra ni consideración puede aliviar al alma si Dios no lo quiere, y esto forma parte también del abandono y desolación. Pero luego, cuando el alma sale de este estado, ama a Dios tan vehementemente que quisiera hacer todo por Él. Se cree como rescatada del fondo del Abismo y está muy agradecida y ve lo importante de la salvación y quiere que se salven muchas almas porque comprende lo terrible que es el infierno, pues ella ha vivido algo parecido al infierno. El alma se hará más humilde y misericordiosa, y se asemejará más al Corazón compasivo de Dios.
Jesús, en Vos confío.
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