Sin respetos humanos.
Si queremos ser católicos de verdad, comprometidos con la causa de Dios, con el Bien, y entablar el buen combate contra el Mal, entonces no debemos tener respetos humanos. Porque el mundo se burlará muchas veces de nosotros, al vernos tan decididos a seguir a Jesús y a evangelizar y llamar a la conversión a este mundo que cada vez se aleja más de Dios y se vuelve, por ello, más hostil e impermeable a la gracia.
Cada día tendremos que dar muestras de valor cristiano frente a los enemigos, pero también ante los “amigos”, que tratando de “ayudarnos”, en realidad nos ponen obstáculos, como cuando Pedro quiso apartar al Señor de la Cruz, y ya sabemos lo que Jesús le respondió, lo trató ni más ni menos que de “satanás”.
Por eso debemos estar atentos y prepararnos para recibir contrariedades y burlas, incluso de nuestros seres más queridos, que no entienden ni ven lo que nosotros entendemos y vemos. Así que tenemos que ser muy constantes para no desanimarnos ante la sonrisa burlona de los hermanos, y como Zaqueo, tenemos que hacer todo lo necesario para ver al Señor, aunque hagamos el ridículo ante el mundo, como Zaqueo que tuvo que trepar a un árbol para ver pasar a Cristo.
Todos los santos fueron tratados como locos, y el mismo Señor fue vestido de blanco por Herodes, indicando con ello que para él era sólo un Loco.
Y efectivamente la santidad es locura para el mundo, para los que se pierden, y así los hijos de la luz no se entienden con los hijos de las tinieblas.
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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"Porque aquel que se salva sabe, y el que no, no sabe nada."