LA CONSAGRACIÓN: EN QUÉ CONSISTE
10. - Es un llamado a entregar nuestras vidas totalmente a los Corazones de Jesús y de María: Cristo, Hijo de Dios es el camino al Padre y el Único Mediador de la Alianza Nueva. Su Corazón nos muestra la infinita Misericordia del Padre.
María, Madre de Cristo, es Mediadora ante el Mediador, Ella
ejerce su mediación como consecuencia del misterio de su Maternidad Divina y su
misión de Madre de toda la Iglesia. Su Corazón es el signo palpable de ese amor
de Madre que nos llama a entregar la vida.
Cuando nos Consagramos a su Corazón de Madre, Ella con inmenso amor nos entrega
al Corazón del Hijo y nos alimenta con su Palabra y con su Cuerpo; nos forma
como Iglesia y nos conduce a la inmolación de nuestras vidas para hacernos
partícipes de la acción redentora así como Ella es Corredentora.
María bajo la acción del Espíritu Santo, como su Esposa, en su Corazón de Madre
forma ininterrumpidamente en nosotros una fiel reproducción de Jesucristo
enseñándonos a imitarlo en todo, y de ese modo nos hace agradables al Padre que
en el Bautismo nos consagró para Él como sus hijos. Es decir, que por medio del
Sagrado Corazón de María nos consagramos al Sagrado Corazón de Jesús. (M. 1500)
11. - Es un ofrecimiento: La Consagración al Sagrado Corazón de María es el ofrecimiento de la vida por el cual, desde una actitud de pequeñez interior nos ofrecernos totalmente a Jesús con mucho amor y un espíritu penitente a través de María. Ella como Madre nos ofrece a Dios y nos lleva a vivir las grandes y maravillosas vivencias del Bautismo. (M. 1353)
12. - Es una entrega incondicional: La Consagración es una respuesta a la invitación de la Santísima Virgen por la cual le hacemos una entrega total a María de nuestra vida. A partir de ese momento le bastará nuestro amor y nuestra sincera devoción para poder realizar su tarea de llevarnos de la mano maternalmente a vivir la Gracia de la santidad, experimentando como Ella la Divina Gracia en nuestra pequeñez humana. (M. 362)
13. - Es una
conducción maternal que María ejerce sobre nosotros:
Por la consagración, María a cada uno lo irá conduciendo con una personal
solicitud maternal; a nadie le pedirá más de lo que pueda dar y su Corazón de
Madre lo irá llevando gradualmente a partir de la etapa que hasta la hora de
Consagración había logrado recorrer en su vida espiritual.
La Consagración no es para quienes ya son santos sino para quienes humildemente
aceptan en su pequeñez recorrer el camino de la santidad.
14. -
Es una Gracia:
La Consagración es una gracia por la cual viviendo en el Corazón de María
seremos transformados por el Espíritu Santo para ser convertidos en una imagen
viva de Jesús
Al decir que es una gracia debemos entender que todo lo que podamos hacer para
vivir la Consagración nos dispone para recibir esta gracia, pero la Consagración
es un Don absolutamente gratuito que no lo podemos adquirir a fuerza de méritos
humanos a modo de trueque o respuesta mágica.
15. -
Es una colaboración a la
Gracia por parte del Consagrado:
María nos invita a pedir la gracia de la Consagración y a prepararnos
adecuadamente a ella con mucho amor a Dios y con un conocimiento profundo de las
cosas de Dios para que el Señor pueda actuar en nosotros como lo desea.
Nuestra oración y nuestra disposición interior de humildad, docilidad y
confianza harán posible que ese don pueda ser recibido y nos dará la total
certeza de que seremos escuchados.
Dios todo lo puede, pero no puede si el hombre no quiere. Y San Agustín nos
dirá: “Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti”.
16. - Es un camino: La Consagración no es un acto único de nuestra vida sino un camino que debemos recorrer durante toda la existencia humana. Por este camino Dios va llenando de gracia nuestro corazón, lo va colmando de santidad y nos hace vivir en una actitud interior de continua alabanza a la Misericordia Divina manifestada en Jesucristo. El consagrado es testigo de la manifestación de la Gloria de Dios en el presente tiempo de Gracia. También es testigo de la gloria futura de la cual se goza anticipadamente por haber recibido las primicias del Espíritu Santo en el Bautismo y ansía proclamar las alegrías del Reino a sus hermanos asumiendo las exigencias de la Cruz como camino de generoso aporte a la obra de salvación que Jesús inauguró entre nosotros.
17. - Es una respuesta a los desafíos actuales: La Consagración a la vez que impulsa al Consagrado a dejarse llenar de Dios en la contemplación de Su grandeza, se hace solidario con sus hermanos, los hombres, y busca ser en un mundo desacralizado, la Luz de Cristo que todo lo ilumina.
Por lo tanto, asume el compromiso de responder con su vida a los grandes desafíos del mundo contemporáneo, dando una respuesta de amor a la situación de odio, de violencia y de división, dando una respuesta de fe y de fidelidad a Dios a la situación de indiferencia religiosa, de ateísmo, y desacralización y dando una respuesta de esperanza en la definitiva Gloria del Cielo, al consumismo, al materialismo, y a la búsqueda ilimitada e ilusoria del placer en la tierra. Asume el deber de la Promoción humana y las obras de Misericordia y la Evangelización de la Cultura.
18. -
Es estar al total
servicio de María: El Consagrado se pone al total servicio de
María haciéndose testigo de este tiempo nuevo, tiempo de Gracia y de Alianza, de
Misericordia y de triunfo de Dios sobre el poder de las tinieblas. El Consagrado
se pone al total servicio de María en la Consagración definitiva del mundo a
Dios; hace suya la preocupación de María en el cuidado del Rebaño de Dios, del
que se sabe parte y actuará como fermento en la masa juntamente con sus
hermanos, los demás Consagrados, hasta que “todos sean uno”.
El Rebaño debe resplandecer por la fuerza de su unidad, que es el fruto más
preciado de la Redención de Cristo, Quien al destruir el pecado destruyó los
elementos de división y de dispersión entre los hombres posibilitándoles vivir
la más plena unidad como signo del Misterio Trinitario y garantía de
credibilidad en la acción evangelizadora.
19. -
Es una exigencia de total fidelidad:
La consagración implicará la total fidelidad al plan de Dios en el Corazón de
María.
Esta fidelidad exigirá rechazar toda vida fácil y desacralizada y vivir en
cambio una vida de austeridad como expresión de quien descubre en el Señor el
único ámbito de la verdadera felicidad.
De este modo la consagración a María es la más excelente respuesta del hombre de
Dios al hombre moderno.
20. -
Es un anuncio jubiloso
de la futura Gloria: El consagrado, que por la Gracia Bautismal
ya es partícipe del triunfo de Cristo Glorificado, a medida que vive la
consagración a Cristo por María, adquiere conciencia de que por su vida de fe,
está viviendo en el gozo de las primicias del Espíritu; es decir, en un
encuentro profundo de amistad con Dios, que lo hace experimentar el gozo de su
presencia y de su Amor.
Aunque no vemos lo que seremos y caminamos en la oscuridad de la Fe, sin embargo
creemos firmemente en la futura Patria del Cielo que es el final para el cual
hemos sido creados. Ya en la tierra, estamos inundados de la alegría Pascual y
podemos ver la luz salvadora de Cristo, en las tinieblas del tiempo presente.
El Señor todo lo hace nuevo a través de su Espíritu y el Consagrado encarna esta
novedad de vida en una progresiva identificación con Jesucristo, que lo hace
partícipe de su santidad. María nos lleva de la mano a vivir la Gracia de la
Santidad y de este modo nos hacemos testigos de la futura gloria, viviendo en la
tierra con la luz de la eternidad y despojándonos de las cosas perecederas para
fijar nuestro corazón donde están “los verdaderos gozos”.
Si usted desea recibir por email estos textos informativos sobre la Consagración a María, por favor:
En esta sección, que se inaugura el 28 de abril de 2008, día de San Luis María Grignion de Montfort, encontrará distintos textos que hablan sobre la Consagración a la Santísima Virgen María, los cuales usted podrá ir leyendo y meditando y, si se decide a consagrarse a María, previa consulta con su director espiritual si es que lo tiene, puede hacerlo utilizando el método de San Luis María Grignion de Montfort que consiste en prepararse durante 30 días con meditaciones y oraciones, para hacer formalmente la consagración a la Virgen.
Por lo tanto si usted decide consagrarse, debe elegir un día de fiesta mariana, por ejemplo Santa María Madre de Dios (1 de enero), Virgen de Lourdes (11 de febrero), Anunciación (25 de marzo), Virgen de Fátima (13 de mayo), Inmaculado Corazón de María (mes de junio), Virgen del Carmen (16 de julio), Asunción de María (15 de agosto), María del Rosario de San Nicolás (25 de septiembre), Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre), Virgen de la Medalla Milagrosa (27 de noviembre), Inmaculada Concepción (8 de diciembre), cualquier primer sábado de mes, etc., etc.; y a partir de ese día elegido (que será el día de su consagración a María) debe tomar los 30 días previos para hacer la preparación, la cual puede ver o descargar haciendo clic aquí. Luego que hace los treinta días de preparación, el día siguiente se consagra a María.
También puede consagrarse a María de una forma más sencilla, a su Corazón Inmaculado, rezando una simple oración con la intención de consagrarse y entregarse a Ella por completo. Clic aquí para consagrarse a María.
Nota: En estos textos se habla de esclavitud mariana, que es en definitiva la consagración a María, como lo hace notar en la siguiente frase el Padre Gobbi del Movimiento Sacerdotal Mariano: "Para vivir la consagración a María, es necesario ofrecerse a Ella en una esclavitud de amor, la cual se realiza concretamente si vivimos como hijos confiados a su Corazón Inmaculado y con la mayor docilidad nos dejamos nutrir, vestir y conducir por Ella en todo momento."
Para conocer más sobre la Consagración a María le recomiendo que lea los siguientes libros:
- “El Secreto de María” clic aquí.
- “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María” clic aquí.
- "Fundamentos de la Vida Mariana" clic aquí.
O puede descargar estos tres libros en la sección Descarga de archivos.