Mensajes

       
Mensajes de María del Rosario de San Nicolás

Mensajes de la Reina de la Paz

   
       

 

Mensajes con comentario

 

Viernes 26 de JUNIO de 1981. En respuesta a la petición de una señal, dijo:

"Bienaventurados aquellos que no ven y creen".

Y a Marija sobre el ayuno:

"...es necesario creer, rezar, ayunar y confesarse"

(Mensaje de la Reina de la Paz, Medjugorje)

Comentario: 

Aquí la Virgen nos da un mensaje que es como un resumen de lo que debemos hacer para salvarnos y ayudar a salvarse a nuestros hermanos: “Es necesario creer, rezar, ayunar y confesarse”. En estos tiempos hay una gran apostasía en la Iglesia Católica donde muchos fieles están perdiendo la fe. ¿Y por qué se pierde la fe? Porque no se reza. En la oración recibimos gracias para mantener viva la fe y aumentarla. Y tampoco ayunamos, es decir, no nos mortificamos o muy poco, y entonces al estar acostumbrados a no hacer ningún sacrificio, también nos cuesta ponernos a rezar, pues eso demanda una negación a nosotros mismos y a veces un vencimiento. Y en la confesión sacramental recibimos el perdón de Dios y nuevas fuerzas para rezar y ayunar y crecer en la fe. Además la confesión nos va curando de todo el mal que se fue acumulando en nuestra alma por los pecados pasados ya perdonados. Así que en esta sencilla frase tenemos todo un programa de vida que nos da nuestra Madre del Cielo. Hagamos el esfuerzo por llevarlo a cabo. 

 

Sábado 27 de JUNIO de 1981. Responde a la pregunta de qué espera de los sacerdotes de la parroquia:

"Que perseveren en la fe y protejan la fe de las personas". 

 (Mensaje de la Reina de la Paz, Medjugorje)

Comentario: 

La Virgen quiere proteger nuestra fe, porque sin fe es imposible agradar a Dios y salvarse, y en estos tiempos el ateísmo, es decir, el Dragón rojo del Apocalipsis, lucha contra la Mujer vestida de Sol, que es la Virgen.

El Dragón quiere hacernos perder la fe, mientras la Mujer nos la cuida y aumenta.

La Virgen aquí pide a los sacerdotes de la parroquia que perseveren en la fe y que protejan la fe de las personas. Porque la Virgen sabe muy bien que nadie se salva o se condena solo, sino que si se salva también ayuda a salvarse a otras almas; y si se condena, con él se condenarán más almas. Y si esto sucede con cualquier persona, mucho más sucede con los sacerdotes, que son como estrellas que pueden guiar a miles de almas al Cielo, o precipitarlas al Infierno.

En el Apocalipsis vemos que el Dragón arrastra con su cola a una tercera parte de las estrellas del cielo, y esas estrellas son los sacerdotes, que perdiendo la fe arrastran a muchos a la perdición.

Debemos rezar mucho por los sacerdotes, porque son el blanco preferido de Satanás, ya que él sabe que derribando a un sacerdote, se pierden muchas almas. 

 

Sin la oración somos débiles. 

"Hay muchos cristianos que son débiles porque oran poco y otros que ya no creen porque ya no hacen oración". 

 (Mensaje de la Reina de la Paz, Medjugorje)

Comentario: 

La Virgen nos dice que sin oración nos hacemos débiles y podemos llegar hasta perder la fe, porque la oración es como la respiración y el alimento del alma, y ya sabemos qué sucede con un alma que no se alimenta, muere irremediablemente.

María, en todas sus apariciones, nos manifiesta la necesidad imperiosa de rezar, para salvarnos nosotros y salvar a muchas almas, porque el demonio está muy activo en el mundo y quiere llevar a la humanidad entera a la perdición, a la autodestrucción, a la pérdida de la fe.

Con la oración María nos promete que venceremos y conservaremos la fe y el amor a Dios.

En estos tiempos tan vertiginosos en que todos corren de un lado para otro y no hay tiempo para nada, es muy frecuente que uno deje de lado la oración, creyendo que es cosa de nada y que no nos afectará en lo más mínimo. Pero sucede que con el paso de los días nos vamos haciendo cada vez peores, las cosas se nos complican cada vez más, y vamos haciéndonos materialistas y terminamos perdiendo la fe y cayendo en pecados de todo tipo.

Por eso María nos quiere avisar de que no debemos desanimarnos en la oración y perseverar, orar insistentemente y de modo frecuente, diariamente, porque nuestra salvación depende de ello. 

 

Perdón, fuente de paz. 

"Esta tarde, antes que empecéis a orar, cada uno de vosotros debe perdonar a su prójimo. Encontrad en vuestro corazón a vuestros enemigos y orad por ellos al Padre".  

(Mensaje de la Reina de la Paz, Medjugorje)

Comentario: 

Con este corto mensaje la Virgen nos quiere recordar que no podemos rezar con odio o rencor en el corazón, porque así Dios no escucha nuestras oraciones. Si no perdonamos de corazón a los que nos han ofendido o creemos que nos han ofendido, entonces no tendremos paz en el alma y nuestra oración será inútil.

Sabemos que hemos perdonado a nuestros enemigos cuando nos atrevemos a rezar por ellos y a pedir el bien para ellos, y jamás el mal.

Sabemos también que nuestro corazón perdonó al que nos ofendió, si se diera el caso de que nuestro enemigo u ofensor se encontrara en apuros y necesitara nuestra ayuda. Si le daríamos esa ayuda, es señal de que hemos perdonado. Pero si nuestro corazón estuviera endurecido y nos alegráramos, incluso, de ese daño, entonces no hemos perdonado todavía.

La Virgen es ante todo Madre, y sabe muy bien que el odio y el rencor afectan en primer lugar a quien los siente, porque cuando pecamos, le damos poder al demonio para que influya en nuestras vidas y así nos desvíe del recto camino que lleva al Cielo.

Así que hagamos caso a la Virgen y antes de comenzar a rezar, recordemos quiénes son nuestros enemigos y los que nos han ofendido, y perdonémosles de corazón, y luego sí recemos por nosotros, por ellos y por todos, y así Dios nos escuchará.

 

Batalla. 

"Un gran conflicto va a desarrollarse. Una lucha entre mi Hijo y Satanás. Almas humanas están en riesgo".

 (2 de agosto de 1981 - Mensaje de la Reina de la Paz, Medjugorje)

Comentario: 

Con estas palabras tan breves pero tan dramáticas, la Virgen nos quiere avisar que la humanidad está en medio de un combate entre Dios y el demonio, y muchas almas están en peligro de perderse.

Es tiempo de que los cristianos despertemos de este letargo de muerte en que estamos, en que el demonio ha sabido atraparnos, para empuñar las armas de la oración y la penitencia, y hacer apostolado, en el lugar donde estemos, porque hoy son muchos los que no saben nada de Dios y de la salvación, y entonces es la oportunidad del Maligno para atacar.

Estamos en el corazón del libro del Apocalipsis, y la Mujer vestida de Sol, que es la Virgen, combate en estos tiempos contra el gran Dragón, el demonio, que quiere perder a las almas.

En realidad la Virgen no anuncia nada nuevo, porque la batalla entre Dios y Satanás tuvo inicio en la rebelión de los ángeles rebeldes, y nosotros los hombres estamos implicados en esta lucha gigantesca. Por eso tenemos que ampararnos bajo el manto de María, que es la Capitana del ejército de Dios, porque en la Biblia se llama a Dios: “El Dios de los ejércitos”. Y si hay ejércitos, es porque hay guerra.

Cobijémonos bajo las alas de María y entablemos el buen combate con las mismas armas que utilizó el Señor, que son sufrimiento, oración y amor, y así rescataremos muchas almas del poder del Mal. 

 

Reina de la Paz. 

"Son muchos los que han preguntado mi nombre. Yo soy la Reina de la Paz".

(Jueves 6 de agosto de 1981 - Mensaje de la Reina de la Paz, Medjugorje)

Comentario: 

Con estas sencillas palabras la Santísima Virgen se ha presentado. Ella es Reina de la Paz, porque la paz viene de Dios, en cambio la guerra y la discordia no vienen de Dios, sino del Maligno. Y el diablo, cuando no puede hacer que un alma caiga en pecado, al menos trata de turbarla y de enredarla en inquietudes, de robarle la paz, y este es el paso previo para hacerla caer en pecados.

Por eso siempre tenemos que librarnos de toda inquietud y mantener y conservar la paz, y ser también portadores de paz, instrumentos de paz, porque donde hay paz, allí está Dios.

El demonio quiere llevar a la humanidad entera a la guerra, a la violencia, a la revolución mundial. Es por eso que María se ha presentado como la Reina de la Paz, porque si los hombres hacemos caso a sus mensajes y directivas, entonces el arco iris de la paz brillará sobre este mundo infestado de demonios y al borde de la tercera guerra mundial.

Huyamos de todo lo que perturbe nuestra paz, porque lo que no deja paz en el alma, no viene de Dios, ya que Dios es paz, y sus inspiraciones dejan gran paz en el alma.

La paz es el signo de que es Dios quien nos está inspirando algo, pues si hay turbación o inquietud, debemos temer que esas ideas vengan del demonio.

No le demos el gusto al diablo y conservemos la paz, para que Dios pueda habitar en nosotros y el demonio no pueda pescar en el río revuelto de nuestra alma inquieta.

En construcción

Volver al Menú Principal