Actualizado el sábado 16/SEP/23

Interpretación del Apocalipsis

15 de agosto de 1984

Fiesta de la Asunción de María al Cielo

Caminad en la Luz

“Desde el Paraíso, en el que entré también con el cuerpo, os miro hoy con mis ojos maternos y misericordiosos.

Hago descender sobre vosotros los rayos de mi Luz inmaculada y, en la profunda tiniebla en la que estáis cada vez más inmersos, os invito a caminar tras la estela luminosa, que parte de mi Corazón.

Hijitos, caminad en la luz de vuestra Madre Celeste; dejaos transportar sobre la onda de su perfume de Paraíso.

Caminad a la luz de la Fe.

Éstos son los tiempos en los que mis hijos corren el grave peligro de alejarse de la verdadera Fe.

Se difunden los errores; se escuchan y se siguen; se les hace propaganda y difusión, sobre todo, a través de la prensa, incluso la de carácter religioso. ¡Cuánta necesidad hay hoy de una prensa que difunda las verdades de la fe en su claridad y en toda su integridad!

Es necesario, pues, vigilar, orar y permanecer firmemente fieles al Magisterio auténtico de la Iglesia.

Por esto os invito a escuchar las enseñanzas del Papa y a recitar con frecuencia el Credo como profesión de vuestra fe católica, y también a meditar la completa profesión de fe, compuesta por mi hijo predilecto, que ya ha llegado aquí arriba, el Papa Pablo VI.

Entonces permaneceréis en la verdadera fe, hijos predilectos de vuestra Madre Celeste, que es modelo para todos de cómo se debe creer, custodiar, amar y vivir la sola Palabra de Dios.

Caminad a la luz de la Gracia.

Como un terrible cáncer, hoy el pecado contagia cada vez más a las almas y las conduce a la muerte.

Si miraseis con mis ojos, veríais cómo se ha extendido esta verdadera epidemia espiritual, que causa estragos en muchos hijos míos y los hace víctimas del mal.

Es necesario que os convirtáis en instrumentos que Yo utilizo para la curación de todos los pobres pecadores. Por esto os invito a caminar por la senda del amor y de la gracia divina, de la mortificación y de la penitencia, de la oración y la santidad.

Caminad a la luz del Amor.

En estos tiempos, el odio y el egoísmo desenfrenado, se extienden por todas partes de manera cada vez más peligrosa.

Mi Adversario lleva la división por doquier: a las familias, a las Comunidades religiosas, a la Iglesia, a toda humana sociedad.

¡Qué difícil se hace hoy comprenderse, cuánto cuesta vivir en la comprensión y en el mutuo entendimiento!

Entonces os pido que permanezcáis siempre en mi paz, que os hagáis instrumentos de paz con todos.

Por esto os invito, con dulce severidad al silencio, a gestos concretos de caridad y de comunión, a ayudar al que se encuentra en alguna necesidad, a decir siempre palabras de paz y de reconciliación a todos.

Así difundiréis mi Luz inmaculada en las tinieblas que se han extendido y contribuiréis a transformar vuestra vida terrena según el modelo de la que se vive aquí arriba en el Paraíso, donde vuestra Madre Celeste ha sido asunta, también con su cuerpo glorioso.” 

Comentario: 

La Virgen dice en este mensaje que en estos tiempos la prensa difunde errores, incluso la prensa de carácter religioso, porque hay muchos teólogos que contradicen al Papa y al Magisterio auténtico de la Iglesia.

Ya se sabe que la corrupción de lo mejor, es la peor; y cuando alguien está llamado a una misión importante en la Iglesia, y cae en las espirales de Satanás, se precipita a lo más bajo y hace mucho daño, que está en proporción inversa con el bien a que estaba destinado a cumplir.

Y basta ver lo que se enseña en muchas escuelas “católicas”, que de católicas sólo tienen el nombre, porque no se les da la verdadera doctrina a los niños y a los jóvenes, y después, cuando egresan de estas escuelas, no quieren ni oír hablar de Cristo y de la Iglesia, y de estas escuelas han salido no pocos perseguidores de la Iglesia.

Estamos en los tiempos en que el falso cristo, el Anticristo, está conquistando gran parte de la Iglesia, y quedará sólo un resto fiel, al que Jesús conducirá por muchas pruebas. Pero ya lo ha dicho Jesús en el Evangelio: “No temas pequeño rebaño, porque Dios se ha complacido en daros su Reino”. Así que hay que estar atentos y no confiarnos en las enseñanzas que nos vienen de cualquier parte, incluso de teólogos o hasta obispos, sino meditar y reflexionar si dichas enseñanzas concuerdan o no con las enseñanzas del Papa y del Magisterio de la Iglesia, y sólo entonces es que debemos aceptarlas y practicarlas.

Muchos siguen hoy la falsa iglesia y al falso cristo. Basta con ver cuántos son los que nombran a Cristo y se dicen cristianos, pero son comunistas y violentos, y hacen lo contrario de lo que enseña el Señor en el Evangelio. Es que quieren ganarse a la gente nombrando a Cristo. Pero ya el Señor ha mandado que el nombre de Dios no se debe tomar en vano, y mucho menos para engañar a los hermanos.

Estemos atentos a las obras de los que se dicen cristianos y seguidores de Cristo, porque el árbol se conoce por sus frutos, y los falsos profetas no dan buenos frutos.

(Vea cómo Consagrarse al Corazón Inmaculado de María)


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En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se encuentre inscrito en el Libro. Y muchos de los que duermen en el suelo polvoriento se despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el horror eterno. Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos. En cuanto a ti, Daniel, oculta estas palabras y sella el Libro hasta el tiempo del Fin. Muchos buscarán aquí y allí, y aumentará el conocimiento". Yo, Daniel, miré y vi que otros dos hombres estaban de pie, uno en una orilla del río y otro en la orilla opuesta. Uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: "¿Para cuándo será el fin de estos prodigios?". Yo oí al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río. Él alzó su mano derecha, y su mano izquierda hacia el cielo y juró por aquel que vive eternamente: "Pasará un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo; y cuando se haya acabado de aplastar la fuerza del pueblo santo, se acabarán también todas estas cosas". Yo oí, pero no entendí. Entonces dije: "Señor mío, ¿cuál será la última de estas cosas?". Él respondió: "Ve Daniel, porque estas palabras están ocultas y selladas hasta el tiempo final. Muchos serán purificados, blanqueados y acrisolados; los malvados harán el mal, y ningún malvado podrá comprender, pero los prudentes comprenderán. A partir del momento en que será abolido el sacrificio perpetuo y será instalada la Abominación de la desolación, pasarán mil doscientos noventa días. ¡Feliz el que sepa esperar y llegue a mil trescientos treinta y cinco días! En cuanto a ti, ve hacia el Fin: tú descansarás y te levantarás para recibir tu suerte al fin de los días". (Daniel 12, 1-13)

Sepan, en primer lugar, que en los últimos días vendrán hombres burlones y llenos de sarcasmo, que viven de acuerdo con sus pasiones, y que dirán: "¿Dónde está la promesa de su Venida? Nuestros padres han muerto y todo sigue como al principio de la creación". Al afirmar esto, ellos no tienen en cuenta que hace mucho tiempo hubo un cielo, y también una tierra brotada del agua que tomó consistencia en medio de las aguas por la palabra de Dios. A causa de esas aguas, el mundo de entonces pereció sumergido por el diluvio. Esa misma palabra de Dios ha reservado el cielo y la tierra de ahora para purificarlos por el fuego en el día del Juicio y de la perdición de los impíos. Pero ustedes, queridos hermanos, no deben ignorar que, delante del Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir lo que ha prometido, como algunos se imaginan, sino que tiene paciencia con ustedes porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.  (II Pedro 3, 3-9)

Esta sección se crea el 2 de Abril de 2010, Viernes Santo, y día del Siervo de Dios Juan Pablo II, a quien se la encomendamos, junto con la interpretación correcta del Apocalipsis y todas las profecías que hablan sobre el Fin de los Tiempos.

Que la Virgen nos guíe en esta tan importante, actual y necesaria tarea, para que podamos ser de los que estemos escritos en el Libro de la Vida el Último Día.