Actualizado el miércoles 10/JUL/24

Mensaje a los Apóstoles de la Inmaculada

María y los moribundos. 

Un buen apostolado que podemos hacer nosotros los Apóstoles de la Inmaculada, es llevar a María a los moribundos. Y lo hacemos ante todo con la oración, rezando por los que están a punto de abandonar este mundo, para que la Virgen vaya a sus lechos de dolor y los conforte, y así sea dulce el tránsito al más allá.

También tendremos a veces que llevar alguna imagen de María, una estampita o una medalla, para que el moribundo cobre confianza en su Madre del Cielo y muera contento y se salve.

No hay nada más gratificante que, cuando uno sufre, ver el rostro de su madre inclinado sobre sí. Así también nosotros deberíamos hacer el propósito de rezar cada día por los moribundos y asistirlos como apóstoles marianos, llevando a la Madre hacia sus hijos que están para partir hacia la eternidad.

Y recemos todos los días el Rosario, para que María venga a buscarnos cuando estemos por morir, ya que Ella sabe pagar muy bien los servicios que se hacen por Ella, y no sólo nos pagará asistiéndonos en la última agonía, sino que ya en este mundo nos colmará de toda clase de favores, incluso materiales, no sólo a nosotros, sino a nuestros seres queridos y a todo nuestro entorno. Hagamos la prueba de confiar en María, ¡y preparémonos a ver maravillas!

¡Ave María Purísima!

¡Sin pecado concebida!

Si desea ser APÓSTOL DE LA INMACULADA y recibir estos mensajes por email, por favor INGRESE AQUÍ.