(Sección especialmente dedicada a los Caballeros de la Purísima)

Actualizado el martes 6/AGO/24

Mensaje a los Caballeros de la Purísima

Con el Rosario y el Crucifijo. 

Con el Rosario en una mano y el Crucifijo en la otra mano, debemos entablar el buen combate, porque con la oración y la penitencia, es como se salvan almas de las garras del Mal.

No nos desanimemos si no podemos hacer grandes apostolados, obras deslumbrantes o de gran alcance y magnitud, porque el Señor nos enseña que las cosas pequeñas de todos los días, ofrecidas y hechas por amor, tienen un valor incalculable.

Pensemos en que Jesús estuvo treinta años haciendo las cosas de todos los días en su casa, y con ello dio más gloria a Dios que si hubiera hecho milagros y portentos, que si hubiera predicado por todo el mundo. Porque Dios ve las cosas de distinto modo a como las vemos los hombres. Miremos, entonces, con los ojos de Dios, con los ojos de la fe, y no equivocaremos el camino.

Mientras esperamos que se presente alguna ocasión para realizar un apostolado masivo o alguna misión muy importante, desgranemos las cuentas del Rosario y ofrezcamos pequeños sacrificios y sufrimientos, porque quien sea fiel en lo poco, también será fiel en lo mucho; y si nos preparamos bien, las cosas saldrán bien, con la ayuda de Dios, que es el más interesado en que demos muchos frutos.

¡Ave María Purísima!

¡Sin pecado concebida!

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