Actualizado el jueves 13/NOV/14
Los Papas hablan de la oración
Casa de oración.
“La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración.” (San Juan Pablo II)
Comentario:
Así como en la familia el niño obtiene los primeros conocimientos, las primeras ayudas para su vida, también es en la familia que el pequeño adquiere el hábito de la oración.
Si la familia es cristiana practicante, entonces en su seno se rezará, en especial el Santo Rosario, y los niños ya desde pequeños mamarán ese ambiente de recogimiento y misterio que rodea a los momentos de oración.
Los niños tienen una intuición de lo divino, pues hace poco que han salido de las manos de Dios, y tienen su recuerdo más fresco en su alma. Por ello, si son guiados hacia Jesús y María, no oponen resistencia, sino que van espontáneamente.
Ya lo ha dicho el Señor en el Evangelio: “Dejad que los niños vengan a Mí y no se lo impidáis”. Ello significa que los niños, naturalmente van a Jesús, y sólo cuando les ponen obstáculos los mayores, es que no alcanzan a encontrarlo y a seguirlo.
Volvamos en nuestra familia a rezar todas las noches, en el calor del hogar, después de un día de trabajo. Y que sea el motivo de encuentro entre nosotros el Santo Rosario alrededor de la mesa, y no el televisor, por donde entra tanto mal en nuestras casas.
Recordemos que “Familia que reza unida, permanece unida”, y en estos tiempos en que Satanás logra llevar la división al seno de muchísimas familias, al menos que la nuestra permanezca unida por la oración en común.