Actualizado el domingo 16/FEB/14
Los Santos hablan de la oración
La oración es un don.
“El don de la oración está en manos del Salvador. Cuanto más te vacíes de ti mismo, es decir, de tu amor propio y de toda atadura carnal, entrando en la santa humildad, más lo comunicará Dios a tu corazón”. (San Padre Pío de Pietrelcina)
Comentario:
Cuanto más nos vaciemos de nosotros mismos, tanto mejor rezaremos, porque la oración es unión con Dios, y no podemos unirnos a Dios si estamos muy apegados a las cosas temporales y a nuestro yo.
Si vamos muriendo a nosotros mismos y nos hacemos humildes, entonces nuestra oración tendrá una grandísima potencia de súplica y lo conseguiremos todo del Señor y de su Madre.
Dios viene a nosotros en la oración con infinitos dones y gracias, pero no podrá depositarlos en nosotros, si no le hacemos un buen lugar en nuestro corazón, abatiendo el amor propio y las preocupaciones terrenales.
También es necesario que cada vez seamos más simples en el trato con Dios, como los hijos pequeños tratan con sus padres, pues el Señor quiere de nosotros la infancia espiritual, y se conmueve cuando un hijo le pide con confianza todo lo que necesita para él y sus hermanos.
La oración es un don que nos da Dios, y cada vez será más profunda y potente, cuanto más nos anonademos y dejemos a Dios actuar en nosotros.