Actualizado el lunes 27/MAY/24

Repasando el Catecismo

53. ¿Para qué ha sido creado el mundo?

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El mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser «todo en todos» (1 Co 15, 28), para gloria suya y para nuestra felicidad.

«Porque la gloria de Dios es el que el hombre viva, y la vida del hombre es la visión de Dios» (San Ireneo de Lyon)

 (Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica)

 

Comentario:

 

Dios no tenía necesidad de crear el mundo, pero lo ha creado para que otras criaturas vivieran en él y, mediante un tiempo de prueba, alcanzaran el Cielo, la visión beatífica, a Dios mismo, y sean felices para siempre con Él en el Paraíso.

Dios es bueno y todo lo que creó es bueno. Si hay algo malo en el mundo, es porque se ha vuelto malo por su propia cuenta, como es el caso de los demonios, que fueron creados por Dios como ángeles buenos, pero se volvieron malos ellos mismos, y de ahí nació el mal, todo el mal que hay en el universo.

Toda la creación del universo y las criaturas no aumentan la felicidad de Dios ni su perfección, porque Dios es feliz y perfecto en Sí mismo, y sólo ha creado el mundo para que otros seres se beneficiaran y compartieran su bienaventuranza eterna.

Tenemos que dar gracias infinitas a Dios por el sólo hecho de existir en este mundo.

Sabemos que muchas veces las formas y los medios por los que hemos nacido no son los mejores, porque a veces hemos sido hijos del pecado, o nuestros padres nos han traído de cualquier forma al mundo, y nos ha faltado cariño o muchas otras cosas. Pero si pensamos que en nuestro lugar podrían existir millones de otros seres, y Dios nos ha elegido a nosotros, nos daremos cuenta de que somos amados por Dios, que a pesar de las circunstancias desgraciadas de nuestra concepción, nacimiento o vida, somos amados por Dios, y tenemos el privilegio infinito de existir y de tener la posibilidad de ir a gozar de Dios para siempre en el Cielo. Tenemos que estar agradecidos. Por eso en la liturgia se nos dice que a Dios hay que darle gracias siempre y en todo lugar.

¡Alabado sea Dios!

 

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Aquí transcribo unas palabras del fallecido Obispo Manuel González, que nos hablan de la importancia del Catecismo:

"Decía yo en el año 33 en plena república laica: Al grito de moda oficial de "¡Nada de Catecismo!", que muchas veces se traduce en "¡Todo contra el Catecismo!", no creo que haya católico ni católica de veras, y, a fuer de tal, enterado y persuadido de lo que es y vale su Doctrina, que no oponga con todo su corazón el suyo de "¡Todo por el Catecismo!"

Nuestro deber y nuestra conciencia de católicos nos dicen que, no solamente hay que suplir el Catecismo que deja de enseñarse en las escuelas laicas oficiales, sino que hay que inundar a las almas de chicos y grandes con enseñanzas de Doctrina cristiana.

¿Quién, que quiera un poco, no más, a su Religión y a su Patria puede impasible ver venir generaciones, irreligiosas, sin temor ni esperanza, sin fe ni conciencia, sin ley de Dios ni freno de respeto a la Autoridad de los hombres que de Él viene?

Repito hoy en plena recristianización de España: hay que dar Catecismo a todos y mientras más mejor y en todas las formas que la conciencia, el celo y el ingenio dicten porque quedan muchos laicos y muchos emboscados, y la salvación completa no puede venir sino del Catecismo bien sabido y practicado."