Actualizado el sábado 7/SEP/24

Repasando el Catecismo

55. ¿En qué consiste la Providencia divina?

302-306
321

La divina Providencia consiste en las disposiciones con las que Dios conduce a sus criaturas a la perfección última, a la que Él mismo las ha llamado. Dios es el autor soberano de su designio. Pero para realizarlo se sirve también de la cooperación de sus criaturas, otorgando al mismo tiempo a éstas la dignidad de obrar por sí mismas, de ser causa unas de otras.

 (Del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica)

 

Comentario:

 

Somos cooperadores de Dios. Incluso hasta quienes creen estar más en contra de Dios, y hasta el mismo demonio, no tiene más remedio que servir a Dios, porque de una u otra manera Dios sabe encauzar hasta el mismo mal, para sacar un bien de él.

Por eso no debemos pensar sólo en salvarnos nosotros solos, sino que Dios quiere que produzcamos frutos, es decir, que lleguemos al Cielo rodeados de un grupo de almas por las cuales hemos trabajado, orado, sufrido, llorado.

Dios no necesita de nosotros, pero misteriosamente es como que quiere necesitar, porque nos conviene a nosotros, ya que de esa manera Dios nos asciende a una categoría muy grande y nos hace colaboradores suyos en la salvación de las almas, y honor tan grande no se puede describir con palabras.

Y es bueno que tengamos conciencia de esto porque Dios ni ninguna otra criatura hará lo que nosotros no hacemos, ya que el Señor nos ha colocado en un puesto insustituible en el mundo, y tenemos que saber aprovechar ese lugar y ese estado para hacer la obra de Dios: salvar almas.

Dios nos ha dado libertad, porque teniendo libertad, si hacemos el bien, entonces también tendremos mérito, y el mérito merece premio, entonces por eso Dios nos dará el Cielo, que no podemos merecer por nuestras obras, porque nos salvamos por misericordia de Dios, pero el adherirnos al bien hace que merezcamos también el Paraíso por haber sido buenos y semejantes al Padre, que es infinitamente Bueno.

¡Alabado sea Dios!

 

Si desea recibir estos textos periódicamente en su correo electrónico, por favor
SUSCRÍBASE AQUÍ
 

Aquí transcribo unas palabras del fallecido Obispo Manuel González, que nos hablan de la importancia del Catecismo:

"Decía yo en el año 33 en plena república laica: Al grito de moda oficial de "¡Nada de Catecismo!", que muchas veces se traduce en "¡Todo contra el Catecismo!", no creo que haya católico ni católica de veras, y, a fuer de tal, enterado y persuadido de lo que es y vale su Doctrina, que no oponga con todo su corazón el suyo de "¡Todo por el Catecismo!"

Nuestro deber y nuestra conciencia de católicos nos dicen que, no solamente hay que suplir el Catecismo que deja de enseñarse en las escuelas laicas oficiales, sino que hay que inundar a las almas de chicos y grandes con enseñanzas de Doctrina cristiana.

¿Quién, que quiera un poco, no más, a su Religión y a su Patria puede impasible ver venir generaciones, irreligiosas, sin temor ni esperanza, sin fe ni conciencia, sin ley de Dios ni freno de respeto a la Autoridad de los hombres que de Él viene?

Repito hoy en plena recristianización de España: hay que dar Catecismo a todos y mientras más mejor y en todas las formas que la conciencia, el celo y el ingenio dicten porque quedan muchos laicos y muchos emboscados, y la salvación completa no puede venir sino del Catecismo bien sabido y practicado."