ENSEÑANZAS DE JESÚS A SOR NATALIA
4. REPARACIÓN
La efusión de la gracia
Dijo Jesús:
–Muchos que intentan hacer reparación, lo hacen imperfectamente. En algunos casos aún la mentira puede entrar. Hay un solo camino seguro: unir su esfuerzo de penitencia con mi Madre Inmaculada. Con Ella la reparación será perfecta. Aún si la oración y penitencia están hechas con distracciones, cansancio y otras cosas, serán corregidas por la ayuda y la fe de la Madre Inmaculada.
–Yo aceptaré las oraciones y penitencias de tu pequeño grupo de oración. Su esfuerzo de reparación Me es agradable, porque en la luz de sus imperfecciones ustedes pidieron ayuda a mi Madre Inmaculada. La oración y la reparación traen muchísimas gracias del cielo, ¡pero son tan raras!
La oración más agradable
Un día, durante mi oración de reparación, el enemigo de mi alma me dijo: “Tus oraciones no son dignas, tú estás desperdiciando el tiempo”. Él me dijo esto tan serena y convincentemente, que yo casi pensé que era Jesús, por lo cual me volví a Jesús diciéndole: “Mi Señor, ¿cuándo es que mi oración es realmente agradable a ti?” Él me contestó: “Cuando tú olvidas todas las cosas de tu alrededor, cuando te sumerges totalmente en Mí y no permites que nada de lo que pasa a tu alrededor te perturbe”. Más tarde le pregunté: “¿Cuándo es que yo estoy totalmente inmersa en Ti?” “Cuando en mi presencia te sientas que todo tu cuerpo esté dormido, y al mismo tiempo tu alma esté despierta en Mí”.
La flecha dorada
El Salvador una vez me dijo: “Maldecir es como una flecha ponzoñosa que hiere mi Corazón. Hija mía, Yo quiero que tú hagas reparación por las maldiciones y las blasfemias contra mi Nombre; de esta manera Yo te daré una flecha de oro”. Entonces Jesús me enseñó la siguiente oración:
Alabanza, veneración,
amor y adoración
sean dados al Santo Nombre de Dios
por todas las creaturas que viven en el cielo,
en la tierra y debajo de la tierra.
Especial adoración y alabanza
sean dadas al Divino Nombre de Jesús,
presente en todos los sagrarios,
y también a su sagrado Corazón
y al Inmaculado Corazón de María.
Oh mi Jesús,
deseo que tu amorosa sed de amor
por las almas sea siempre satisfecha,
y que todos los corazones de los hombres
Te amen y Te consuelen. Amén.
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