Ven Espíritu Santo
Siempre que oramos debemos pedir la venida del Espíritu Santo sobre nosotros, porque si tenemos al Espíritu Santo, lo tenemos todo.
En este tiempo en que la humanidad está en poder del Maligno, es necesaria una nueva evangelización, que lleve la Buena Nueva a todos los rincones de la tierra. Y esto solo se logrará si hay una nueva efusión del Espíritu Santo sobre los cristianos, que los haga apóstoles intrépidos y valientes, dispuestos a dejarse escarnecer por salvar las almas.
No esperemos que sean los otros los que hagan esta tarea, sino que esto nos toca a cada uno de nosotros. Cada uno en su lugar donde vive, trabaja, estudia, debe hacer apostolado, en primer lugar con el ejemplo, con las obras y también con la palabra cuando sea necesario.
Debemos tener al Espíritu Santo como a nuestro Gran Amigo, pues si lo tenemos a Él, no hace falta pedir nada más, pues lo tendremos todo. Él es un Guía perfecto y nos aconseja lo verdadero, y tiene todas las riquezas de Dios para comunicárnosla a nosotros en abundancia. Sus siete sagrados Dones son maravillosas ayudas que nos ponen en el camino correcto y nos iluminan para hacer la voluntad de Dios y cumplir la importante misión que Dios nos ha asignado a cada uno de nosotros aquí en la tierra.
No tengamos miedo porque somos miserables o poca cosa, pues si invocamos al Espíritu Santo y Él viene a nosotros, seremos grandes apóstoles y no tendremos miedo a nada, porque el Espíritu nos dará la Fortaleza para ser testigos del Señor.
Pero para tener al Espíritu Santo debemos vivir en gracia de Dios, es decir, cumpliendo los Diez Mandamientos y las enseñanzas de Jesús en el Evangelio, entonces sí que Él vendrá sobre nosotros como Fuego y nos incendiará de amor a Dios y a las almas.
¡Ave María purísima!
¡Sin pecado concebida!
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