Límites.
Es sabido que a los hombres que viven en pecado, el demonio los envuelve más en pecados y los tienta abiertamente para que sigan en ese lamentable estado. Pero con las personas piadosas, que quieren ser más o menos buenas y santas, él emplea una táctica diferente, y se disfraza de ángel de luz, es decir, inspira cosas que “aparentemente” son buenas, pero que llevan al desorden en la vida espiritual, traen inquietud al alma, y pueden llevar a los más graves pecados, o al menos a una inercia muy grande.
¿Quién de nosotros no ha sentido, tal vez en medio de la oración o en otro momento, alguna inspiración para hacer grandes cosas? Esto a veces puede venir de Dios, pero no es raro que sea el diablo quien nos “ilumina” de esta forma, porque sabe muy bien que nuestros límites jamás nos permitirán llevar a cabo esa obra. Entonces es cuando nos descorazonamos porque queremos llevar a cabo esa obra, y nos chocamos con nuestras incapacidades y límites, y entonces nos ponemos tristes, y sabemos muy bien que la tristeza es el campo preferido donde actúa Satanás. De la tristeza al pecado hay sólo un paso.
Por eso seamos obedientes a nuestro director espiritual, si lo tenemos, ya que así descubriremos las astucias del enemigo, y reconozcamos nuestros límites y avancemos con prudencia y constancia, sin encandilarnos por grandes proyectos, o al menos preguntando a nuestro director si esa inspiración es de Dios o no.
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"El que no vive como piensa, termina pensando como vive"
Jesús dijo a sus discípulos: No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el reino de los cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó, porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó, y su ruina fue grande. (Mt 7, 21. 24-27)
Se acercó un hombre a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”. Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”. “¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. (Mt 19, 16-19)
Esta sección es creada el 26 de enero de 2010, memoria de los Santos Timoteo y Tito, a quienes se la encomendamos. En ella iremos viendo todo lo que necesitamos saber para un vivir católico, es decir, para vivir en gracia de Dios hasta la muerte y salvarnos e ir al Cielo y evitar el Infierno.