Enseñado por el Ángel a los tres pastores antes de las apariciones de la Santísima Virgen. “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pobres pecadores”. |
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