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PROMESAS DE MARIA AL CONSAGRADO (Del Libro de Mensajes de María del Rosario de San Nicolás) Este Mensaje enuncia lo que podríamos llamar la gran promesa de María: - Esto digo a mis hijos de todo el universo: Volcaos a Mi Corazón y desde allí viviréis con toda docilidad al Señor. Desde Mi Corazón lo amaréis; desde Mi Corazón, lograréis
fidelidad hacia Él; desde Mi Corazón llegaréis a su Sagrado Corazón. - María promete liberar al Consagrado del demonio y le
garantiza la vida eterna: - María promete la libertad interior, el crecimiento y la renovación espiritual, su Corazón de Madre y el amor total a Jesús: (M. 939): La Consagración no quita la libertad del cristiano, no lo anula, sino que lo hace crecer interiormente, hace que el espíritu se renueve día a día, se introduzca en Mi Corazón y se alimente completamente de Él. De esta manera se llega a amar a Jesús en forma total, sólo por medio de Mi Corazón. Mi Corazón da y exige, más no exige lo imposible. - María ofrece al Consagrado el vínculo que lo une a Su Corazón y una particular atención: (M, 973): Que la Consagración, sea el vínculo que una vuestro corazón con el Mío. Cada hijo necesita una particular atención de la Madre. - María asegura que el Consagrado fiel jamás será
abandonado por Dios: - María se compromete a conducir al Consagrado por el
camino de la fidelidad al Señor. -María se ofrece a sus hijos como auxilio y protección y ofreciendo al humilde introducirlo en Su Corazón. (M. 1242): Como Auxilio de los Cristianos, quiero rescatar a mis hijos, pidiéndoles la conversión y luego la Consagración a Mi Corazón de Madre. Yo les digo: Responderé a vuestra Consagración con Mi Protección, es decir, os defenderé de toda adversión. Haceos pequeños e interiormente humildes y entraréis en Mi Corazón. -María promete ser para sus hijos refugio y consuelo y los
conducirá con especial ternura: El texto de Jeremías 24,7 señala: “Les daré un corazón para
que me conozcan a Mí, que soy el Señor. Ellos serán mi pueblo y Yo seré su Dios,
porque volverán a Mí de todo corazón”. (M. 1337): “Benditos sean mis hijos por Consagrar su corazón a María”. “La Consagración irá directamente al corazón de María y Ella hace promesas concretas de unión con su Hijo a quien se dirige con amor y con la oración constante del Rosario”. (M. 1426): Esa Consagración, que no requiere papeles ni
fórmulas, porque esa Consagración irá directamente a Mi Corazón: será única y
exclusivamente para Mi Corazón y será recibida por Mi Corazón. El mensaje nos invita a pertenecer a la Madre Y al Hijo, y la luz de María quitará toda oscuridad en el camino: (M. 1534): Deben saber mis hijos, que los llamo a la Consagración, porque siendo Consagrados a Mi Corazón, pertenecen a la Madre y al Hijo. Mi Luz quitará toda oscuridad y ayudará a mis hijos, a caminar el Camino que el Señor, ha establecido.
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